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La increíble resiliencia del nuevo campeón mundial de Ajedrez, Ding Liren

Tenemos un nuevo campeón mundial de Ajedrez, el gran maestro chino Ding Liren. El

camino recorrido para llegar a ese logro ha sido increíble, pleno de circunstancias

finalmente favorables, obstáculos impensados, que Ding Liren sorteó con paciencia y un

poder de resiliencia insólito, sobrehumano, uno tras otro, para finalmente arribar a su

meta, ese sueño que construyó poco a poco en una realidad, ser el campeón mundial de

Ajedrez, el primer campeón mundial de Ajedrez chino.

Estaba Ding prácticamente retirado por la pandemia, en China cerraron el país

herméticamente, por eso el gran maestro no pudo disputar ningún torneo durante ese

tiempo. Su tiempo por luchar por el cetro máximo se iba. Y así parecía destinado a ser, iba

empezar el siguiente ciclo de candidatos sin Ding Liren.

Allí vino la primera circunstancia favorable, el ruso clasificado para jugar el candidato,

Sergei Karjakin, fue dado de baja como sanción a su federación por la invasión rusa a

Ucrania. El primer suplente, como imaginan era por rating Ding, sin embargo, había que

sortear otro obstáculo, para hacerlo tenía que jugar treinta partidas clásicas (ritmo de 90

minutos por jugador) en el plazo de poco más de un mes. El inmutable gran maestro

cumplió ese requisito, y de ese modo su clasificación para el torneo de candidatos, primer

paso Ding se convierte en candidato.

La falta de práctica lo debilita y comienza mal el torneo, que se suspende por un rebrote

del Covid, y en la reanudación un nuevo milagro acontece un renovado Ding, acelera y casi

lo logra, pero finalmente termina segundo. El contendiente al campeonato mundial es Ian

Nepomniachtchi.

Y allí un nuevo milagro el campeón reinante, Magnus Carlsen renuncia al título, y

entonces nuestro héroe Ding Liren se convierte en Contendiente al campeonato mundial

de Ajedrez, enfrentara al ruso Ian Nepomniachtchi.

Comienza el match, y siempre Ding va abajo por un punto hasta que llega la partida doce,

sólo dos para el final del match. Ding está perdido y entonces todo habría quedado

definido a favor del ruso, pero en el apuro más de él que de Nepomniachtchi, este comete

un tremendo error, y en lugar de cerrar el match con una victoria, pierde esa partida y el

match queda igualado. Entablan la siguiente, y en la última en épica defensa consigue

mantener Ding la posición y hace tablas. El match finaliza con un salomónico siete a siete.

Y se vienen los desempates, cuatro partidas rápidas a quince minutos por jugador, las tres

primeras tablas, y en la última otra vez todo sonríe para Nepo, más tiempo mejor

posición, pero Ding resiste, Nepo ataca, y Ding resiste, con menos de dos minutos la

partida da un vuelco y parece que Ding va a sacar el empate, puede repetir jugadas y


habrá salvado la situación, pero no, rehusa la repetición y va por más. Caissa (la diosa del

Ajedrez) le sonríe y Ding gana la partida, el match y el título de Campeón Mundial de

Ajedrez

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