Hablemos de los Grandes Maestros niños
- Alejandro Arrangoiz
- 22 ago 2022
- 2 Min. de lectura
En Ajedrez siempre han existido niños prodigios, Capablanca, Reshevsky a comienzos del Siglo XX y luego Bobby Fischer a mediados, estos fueron sin embargo casos excepcionales, hoy con las computadoras y toda la información que se dispone en la red, con la proliferación de excelentes entrenadores y una fiebre de competición presencial y online, hay una explosión de maestros niños que alcanzan niveles increíbles a muy temprana edad, el record del gran maestro más joven ahora está en 12 años, y los grandes maestros menores de 15 años se cuentas por decenas. Las olimpíadas de Ajedrez dónde participan todos los mejores jugadores del mundo en sus respectivos equipos fueron ganadas por el equipo de Uzbekistán, cuyo promedio de edad era de 18 años, y muy cerca en el tercer puesto estuvo el equipo de India 2, el equipo titular tenía un promedio de edad de 16 años.
Uno de ellos Praggnanandhaa, más conocido como Pragg, en el día de hoy (21 de agosto del 2022) le acaba de ganar un match al campeón mundial el noruego Magnus Carlsen.
Estos países son de los líderes mundiales en Ajedrez, sin embargo, en todos los países en su nivel está ocurriendo un fenómeno similar, excelentes ajedrecistas niños surgen por racimos, algunos avanzan rápidamente al nivel de maestros.
Este fenómeno que nos está diciendo, que reflexiones podemos hacer, veamos algunas propuestas para debatir:
La capacidad de aprendizaje de los niños es inmensa y cuando no se les pone trabas, y se apasionan en algo ocurren maravillas
La información al alcance de todos a través de las computadoras, así como la posibilidad de jugar online es un factor de aprendizaje acelerado
La diversión que proporciona un juego es un factor que facilita el aprendizaje
Una reflexión ¿puede el Ajedrez estar mostrándonos una forma de aprendizaje más efectivo aplicable a otras materias?
Una clara conclusión es que la capacidad del cerebro humano cuando realiza el trabajo y el esfuerzo es infinita y habría quizás que agregar que los niños nos están señalando a los adultos el camino.
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